Comenzar la plantación de coníferas
plantación que de preferencia, debe quedar concluida en
el otoño. No escatimarles el agua y proteger las plantas
jóvenes o las recién plantadas, de los fuertes vientos.
Renovar lentamente, pero en forma
continuada el agua de las piletas y estanques, para
evitar que se desarrollen las algas tan molestas o que
los restos sumergidos se descompongan dando mal olor.
Echar varias veces por día agua en los
bebederos de los pájaros, para mantenerla fresca y
reponer la que vuelcan al bañarse.
Hacer una buena provisión de estiércol
de caballo a fin de darle tiempo de estacionarse para el
próximo otoño, época en la cual será muy necesario.
No desperdicia los residuos vegetales
(no leñosos) que estén libres de pestes. Destinarlos a
la preparación de mantillo y mojar con frecuencia el
martillero.
Preparar la tierra que se utilizará
para cultivos ulteriores en macetas y cajones y
conservarla bajo techo. Puede hacerse una buena mezcla
con 2 partes de tierra negra, suelta, de jardín, 1 de
arena fina, 1 de mantillo y 1 de estiércol viejo
desmenuzado. Puede agregarse si se quieren unos cuantos
puñados de harina de huesos. Todo bien mezclando y
zarandeando, se guarda en un lugar seco.
Preparar también un cajón de mantillo
o resaca para tamizada y otro de arena gruesa, lo mismo
que una cantidad de tejuelos de macetas rotas, si se
prevén cultivos en maceta..
Revisar con frecuencia las plantas de
invernáculo que temporariamente han sido colocadas
afuera, para evitar que les falte agua, para quitarles
los yuyos y vigilar la aparición de cualquier plaga. |