La Renovación entre Luces y
Sombras
Al comenzar la década del 60, ya se
han registrado cambios sustanciales. En primer
término, los elencos estables y las orquestas
exclusivas de las emisoras son absorbidos por la
televisión, que además ha ganado la batalla por la
ficción folletinesca. Los programas en vivo tienden
a menguar; la información y la música se convierten
en protagonistas del discurso radiofónico. El medio
se posiciona cómodamente en el horario matutino,
franja a la que recurre una audiencia ávida de
obtener noticias recientes de primera mano.
En cuanto a la estética, se impone un código más
informal y cómplice, en el que destacan Fontana
Show, La Gallina Verde, El Diablo
Cabo y a partir de 1967 Rapidísimo de
Héctor Larrea, un clásico de largo aliento. También
en el espectro informativo cabe citar el alto
impacto de Ariel Delgado desde Radio Colonia en
Uruguay. Su clásica frase: "Hay más informaciones
para este boletín" puso en vilo en más de una
ocasión a la audiencia argentina, que se las
ingeniaba para sortear la censura militar impuesta
por la dictadura de Onganía.
En el género musical triunfaron propuestas como
La Cabalgata Musical Gillette que puso al aire
por primera vez una canción de los Beatles,
por entonces denominados "Los escarabajos". El
sector juvenil se inclinó también por propuestas
como Música en el Aire o Escalera a la
fama, en tanto que el repertorio folklórico
encontró en Argentinísima de Julio Márbiz o
El mundo de la guitarra de Antonio Carrizo
vehículos notables para su propia difusión.
La información deportiva ganó con nuevas voces y
figuras, entre las que cabe mencionar a Andrés Rouco
y Lisandro González Longhi con Carburando,
Carlos Legnani con Campeones en el camino y
la dupla Oscar Gañete Blasco – Pérez Trigas con
Emoción en las rutas.
La gran innovación de los años 70 es la aparición de
las emisoras de frecuencia modulada, más conocidas
como FM. Su irrupción divide el espectro
radiofónico, estableciendo la dicotomía:
AM–información/ FM– música, antítesis que irá
desapareciendo con el paso del tiempo.
En 1972, a partir de la promulgación de la Ley
Nacional de Telecomunicaciones, se crea el Comité
Federal de Radiodifusión (COMFER), que pasa a
depender al año siguiente de la Secretaría de Prensa
de la Presidencia.
Un sensible cambio de estilo se produce en las
figuras de locución: los tonos bajos, sugerentes y
casi susurrantes cautivan la escucha nocturna que la
FM recupera para la radio, disputándole público
joven a la televisión. Es la consagración de Nora
Perlé, Betty Elizalde, Nucha Amengual y Graciela
Mancuso, figuras femeninas a las que se suma el
estilo pausado de Omar Cerasuolo o de Juan Alberto
Badía.
La noche gana con programas como Modart en la
noche, Imagínate, Las 7 lunas
o La noche con amigos.
Desde la perspectiva informativa general a los
nombres de Cacho Fontana y Antonio Carrizo se suman
los de Víctor Sueiro, Julio Lagos, Mario Mactas y el
más innovador de la década: Hugo Guerrero
Martinheitz, (a) El Peruano Parlanchín, con
su original El show del minuto.
La dictadura militar a partir de 1976 impuso su
control sobre los medios de comunicación y la
censura se instauró también en la radio. Listas
negras, nombres prohibidos, asuntos eludidos y
músicos cuya obra no podía ser difundida, se
convirtieron en prácticas habituales. Nuevamente
Ariel Delgado desde el vecino Uruguay les permitió a
los argentinos saber qué estaba ocurriendo en su
propio país. En medio de tanto silencio, una figura
como la de José María Muñoz, (a) El relator de
América, que había cambiado en las décadas
anteriores el estilo de las transmisiones deportivas
con un sello profesional y único, borraba con el
codo lo escrito con la mano. En el marco del Mundial
de Fútbol 78, durante la visita al país de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, asumió
una actitud harto complaciente con la dictadura,
postura que reafirmaría en el mundial juvenil 79.
En 1980 se aprobó el Decreto/Ley 22.285 sobre
radiodifusión, que –entre otras cosas– extendía las
licencias a quince años con prórroga de diez más,
convertía al COMFER en un ente autárquico e
integraba al mismo tres miembros de las Fuerzas
Armadas y dos representantes de las empresas
privadas.
|