|
|
Los Últimos Años
El retorno a la democracia trajo
nuevos aires a la radio, que adoptó un carácter más
frontal, con información al instante y un amplio
lugar para la opinión y el debate. En este espacio
se convirtieron en clásicos: Magdalena Ruiz Guiñazú,
Santo Biasatti, Román Lejtman, Nelson Castro,
Alfredo Leuco, Diego Bonadeo y el siempre recordado
Néstor Ibarra.
Algunos programas de entonces se convertirían en
emblemáticos de esa época, por el alto nivel de
ideas, de producción o de creatividad: Sin
Anestesia de Eduardo Aliverti, Sueños de
una noche de Belgrano con Jorge Dorio y Martín
Caparrós, Ciudadanas de Ana María Muchnik o
Historias en estudio de José M. Pasquini
Durán señalan algunos de los hitos más altos
alcanzados por la radio entre 1984 y 1985.
También el humor volvió a ocupar un lugar destacado
en el aire. A partir de 1987 Alejandro Dolina
convocó a una audiencia creciente con Demasiado
tarde para lágrimas, combinando risa y
desenfado con la profunda reflexión humanista.
En el deporte el brillo recayó sobre Víctor Hugo
Morales, que primero en Radio Mitre y luego en
Continental, marcaría un estilo de relato signado
por una cultura general hasta el momento poco
frecuente en el periodismo deportivo.
Los 90 se vieron en la encrucijada de un doble
movimiento, signado por las direcciones encontradas
entre la mega concentración de las empresas
periodísticas, con la administración de varios
medios a su cargo, y la proliferación de los
micro–medios: radios de baja potencia de alcance
local y comunitario. En esa tensión proliferarían
también las FM que renovaron la estética radial,
destacándose, entre otras: Rock and Pop, FM
100, Horizonte, Feeling y Aspen.
Crecieron asimismo las denominadas "radios de
segmento", es decir, aquellas con un público muy
sectorizado, como por ejemplo: FM Tango o FM
Clásica. Nuevas voces: Lalo Mir, Elizabeth Vernacci,
Mario Pergolini, Boby Flores, Marcela Feudale, Ari
Paluch, se ganaron su lugar a fuerza de
personalidad, carácter e innovación.
Hoy la radio ocupa un espacio por derecho propio. Ya
no se plantea competir con la televisión porque supo
conquistar un sitio imprescindible en la vida
cotidiana: ritmo informativo, walkman o
escucha en el auto, acompañamiento, diversión,
actualidad. Las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación han abierto también otros canales
a través de Internet y hacen posible que un programa
emitido en una localidad de nuestro país pueda ser
escuchado con calidad y alta fidelidad en otros
lugares del mundo.
|
Información
seleccionada de
http://www.argentina.gov.ar |
|
|