En los años ´60 la industria cultural
produjo en el continente americano una verdadera
revolución editorial, conocida como el boom.
Dos novelas anteriores pueden considerarse
precursoras: Sobre Héroes y Tumbas de
Ernesto Sábato y Bomarzo de Manuel Mujica
Láinez, que tuvieron una importante repercusión en
el público lector. Una relectura de la obra de
Roberto Arlt desde la crítica académica, más los
importantes cambios político–sociales que
caracterizaron a esta década configuraron un campo
para la literatura de aquellos años, que tuvo sus
mejores expresiones –más allá de las variables de
género y estilos– en la producción de Julio Cortázar
(Rayuela), Alejandra Pizarnik (Los
Trabajos y las Noches), Manuel Puig (La
Traición de Rita Hayworth), Juan José Saer (El
Limonero Real), Abelardo Castillo (Cuentos
Crueles), Tununa Mercado (Celebrar a la
Mujer como a una Pascua), Noemí Ulla (Los
que Esperan el Alba), Liliana Hecker (Los
Bordes de lo Real) y Horacio Salas (La
Soledad en Pedazos), entre otros.
La década siguiente se ensombreció con la dictadura
militar, que provocó el exilio de notables creadores
como el poeta Juan Gelman (Cólera Buey) y
los narradores Antonio Di Benedetto (Zama)
o Daniel Moyano (El Vuelo del Tigre), y la
desaparición forzada de Haroldo Conti (Mascaró),
Roberto Santoro (No Negociable) y Rodolfo
Walsh (Operación Masacre).
El retorno de la democracia permitió la reedición y
relectura de textos y autores, entre ellos: David
Viñas (Jauría), Ricardo Piglia (Respiración
Artificial), Eduardo Belgrano Rawson (No se
Turbe Vuestro Corazón), Miguel Briante (Ley
de Juego), conjuntamente con la aparición de
una “escritura de la memoria” que intentaba dar
cuenta –con dispares resultados– de lo ocurrido en
los años de plomo: Pedro Orgambide (Pura Memoria),
Osvaldo Soriano (No Habrá Más Penas Ni Olvido),
Juan Martini (La Vida Entera), Tomás Eloy
Martínez (La Novela de Perón), Javier Torre
(Quemar las Naves) o Jorge Manzur (Tinta
Roja).
En cuanto a la actualidad, la proximidad temporal
impide un análisis equilibrado. Las elecciones de
los lectores recaen en la obra de César Aira (La
Serpiente), Juan Forn (Nadar de Noche),
Alberto Laiseca (Los Soria), Roberto
Fontanarrosa (No sé si he sido Claro),
Angélica Gorodischer (Menta), Elsa Osorio (Cielo
de Tango), Martín Caparrós (El Tercer
Cuerpo), Sylvia Iparraguirre (El Parque),
Josefina Delgado (Salvadora, la Dueña del Diario
Crítica) y Federico Andahazi (El Anatomista)
–por citar sólo a algunos–.
Para obtener más información sobre el tema,
encuadrado desde la colonia hasta nuestros días,
dirija su consulta al material publicado por la
Escuela Normal Superior de Chascomús.
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