En primer lugar, debes hacer la
prueba del imán para cerciorarte de que la lata es de
acero, no de aluminio. Si el
imán se pega a la lata, es que es acero.
Asegúrate de comprobar la parte
superior, inferior y los laterales de cada lata, porque
algunas son bimetálicas, es decir, fabricadas con
aluminio y acero. Estas latas se reciclan normalmente
con las de acero.
Enjuaga las latas vacías. (Normalmente
se pueden dejar las etiquetas, pero será mejor que se lo
preguntes al reciclador).
Actualmente las latas de acero valen
menos que las de aluminio, por eso no las admiten en
todos los centros de reciclaje. Averigua antes de
llevarlas.
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