Si añun no se ha hecho, cortar a ras
de tierra las plantas de espárrago que ya estarán
amarillas; carpir superficialmente la tierra de la
esparraguera y añadir una capa de estiércol estacionado
o, simplemente, de buena tierra liviana.
Iniciar la formación de esparragueras
como se ha indicado anteriormente.
Sembrar arvejas de rama en tierra bien
trabajada y abonada, poniendo varias semillas juntas ya
que más de una se malogrará si hay exceso de humedad.
Florecerán recién en primavera.
Tapar al anochecer las plantaciones
delicadas en previsión de heladas.
Cavar y abonar cada parcela que vaya
quedando desocupada a fin de que la tierra tenga tiempo
de descansar algo, antes de comenzar a nutrir un nuevo
cultivo.
Continuar aporcando periódicamente las
plantas de apio y de cardo a medida que van creciendo,
para que no se malogre su blanqueo.
Atar las plantas de escarola y de
lechuga de invierno para conseguir que sus centros se
pongan bien blancos y tiernos.
elegir, los lugares más abrigados, ya
sea por paredes soleadas o por cercados, para cultivar
las hortalizas más sensibles al frío y al viento.
Hay verduras que recién adquieren su
sazón después que han soportado la helada. Entre ellas
se encuentran los repollitos de Bruselas y las raíces de
achicoria.
Limpiar las plantaciones de
frambuesos, carpirles la tierra y preparar gajos de los
mismos, si se desea aumentar su cultivo. |