Mantener carpida y húmeda la tierra
de los Rosales y vigilar su follaje a fin de combatir
cualquier ataque fungal (oídio, black spot, royas, etc)
mediante pulverizaciones apropiadas. Tener presente que
el follaje mojado es campo propicio para el desarrollo
de estos enemigos. Si por alguna razón especial no se
puede evitar de mojar las hojas al regar, no hacerlo al
anochecer sino por la mañana, para que no queden húmedas
durante la noche secándose, en cambio, rápidamente.
Todavía pueden injertarse de escudete.
Levantar los Iris japónica e Iris
sibirica para dividirlos y volverlos a plantar. Tener
presente que el primero tolera la sombra, no así el
segundo. Los Iris holandeses se tratan como cualquier
bulbo. Prefieren sol.
Dividir los Iris germánica siguiendo
las indicaciones dadas anteriormente,
Al plantar los Iris laevigata tener
presente que deben colocarse algo más profundamente, que
la cal les es perjudicial y que es conveniente poder
inundarlos con frecuencia, por lo que se elegirá la
vecinidad de una pileta o de una canilla.
Una vez que los Gladiolos hayan
concluido su vegetación, presentando el follaje
amarillento y casi seco, arrancarlos, dejarlos algunas
horas al sol no muy fuerte, sacudirles después la tierra
que esté adherida a los bulbos y guardarlos en sitio
seco.
Pueden Dividirse los Hemerocallis.
Grupos de tres plantas en la bordura, o formando macizos
en céspedes en pendiente, quedan muy decorativos y no
requieren cuidados.
Mantener en orden las borduras y el
jardín de rocas, recortando las matas que hayan
alcanzado demasiado desarrollo. |